Han salido de mí,
los pasos que llegan hasta el origen
donde nos miramos con ceguera.
La cena sirve una rebanada
de luna movida,
mientas mi cintura, rinde justicia
al acerado puñal.
Llueve desigual sobre las veredas.
Las sábanas de Holanda
adelgazan la figura
y soportan la humedad
de los presagios.
La libélula cae
tras la curva, blanquísima,
cuando el hombre regresa
al hombre
en la fuente de la desnudez
Duna.
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