Aparece la noche al mediodía.
Emboscada con derroche,
enmascarada, vehemente, altiva,
lanzando dagas a las miradas
que heladas escuchan un réquiem.
Prístino grito, nativo y lacerante,
siempre dejando posos
en la taza de la tarde.
Se desliza una idea por las crines,
y rebosa de tu labios
mientras bebes.
Luna con hielo,
escarcha de tus labios y de tu pelo.
Duna
*
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