El doblez de los párpados esconde
ese desvelo que tras bambalinas
representa una odisea
de criaturas marinas;
se sueñan escenas con sorna
o se surfea una lágrima
hasta el acantilado de la voz
donde se despeña la espera
con miedo y dolor;
llega el punto de inflexión
en que se admite la acromía
de los siglos compartidos.
¿Y, si se hubiera callado?
¿Y, si se hubiera dicho ?
Lo impugnable es la convicción
de que el silencio excluye del diálogo.
Duna