I
A ese hombre
incapaz desnudarse de sí mismo;
ése que de puro manso
ya ni existe,
con sus constantes vitales
a cero revoluciones;
con su silente existencia
repleta de canciones mudas,
que con su reiterativo no hacer
obvia el baldío,
y continúa,
continúa
y continúa...
a ese hombre,
no lo quiero ni pintado...
Tengo demasiado desnudo
por escribir.
Duna.
0 Dímelo...:
Publicar un comentario