He vuelto a temblar,
después de muchos sorbos de vino
sin ningún sabor;
he vuelto a estremecerme al beber
tu libertad.
He vuelto a elegir
dejar de lado las divinidades
ruidosas y ridículas
de brillo falso,
para seguir la estela
que deja tu esencia.
He vuelto a temblar,
como flan en una tormenta
de sol y fuego.
He vuelto a sentir
que mi senda la eligen mis plantas,
y que las luces mortecinas
nunca deslumbran al sol.
He elegido quedarme en la arena
y subir el volumen interior.
He vuelto….
Duna