Trofeo soy de palabras no pronunciadas
y tus mil labios irritantes.
Con caricias a destiempo
y extirpada al sueño de amar,
me arrancaste del silencio maltrecho
una frase menor.
Con los apretados dientes,
y cautiva de vocablos estériles,
de mustios helechos,
y miradas abatidas,
me perdí en días infértiles.
Entre las miradas vanas encontré una.
Desde el todo y de la nada te volví a ver.
Despojaste las nubes de su paseo,
del agua que traían para mi jardín.
Te diste a la tarea de provocarme ira.
Amado mío, tu trofeo fui
pero hoy me descuelgo de la pared
y marcho por fin.
Registro en la Propiedad Intelectual y Safe Creative.