Ébria de poesía transgredo los límites del tiempo
y no hago sino naufragar en las mismas orillas de siempre:
las lindes de tus nubes,
de tu nombre,
de tu cielo.
Me observo y no veo más que cuatro versos fermentados
en agua de lejanía y ausencia.
Me duelo.
Muda,
retrocedo siglos,
y te encuentro donde me hallo:
en la incógnita del sueño.
Sin una gota de crepúsculo, aún,
regreso a la letanía de tu recuerdo
donde el milagro es, cada vez,
más certero.
No me detiene el cansancio,
ni el frío.
No hay miedo.
Duna
déjate llevar…
Entonces si no hay miedo, lo puedes todo, esa es la mayor limitación.
Un abrazo¡
Sin miedo seremos libres. Precioso, Duna, Un fuerte abrazo.
Sin miedo, verso a verso, naufragando siempre en las mismas orillas pero ebrios de pasión, como la leyenda que suena al visitarte, Duna.
besos
Hola Almudena: Creo en ti y soy tu amigo que pena, la distancia, pero bueno
que se va a hacer.
Para ti… ÓPALO…
El fruto maduro entre mis pliegues
susurra tu nombre en el bosque.
imprimo tu aroma
en aquellos recodos
donde brilla el ópalo;
la esencia y el almizcle y oro.
en mis labios de amapola
reposa tu hombría.
cosecho
En las ondulaciones de mi duna,
los temblores nocturnos,
la dimensión del viento bravío
que desclavas con los dedos de marfil.
soy líquida por ti.
Almudena: Te deseo lo mejor de lo mejor.Un inmenso abrazo.