Tu nombre yace derramado
entre las turbias horas de mi noche
sobre el gélido oscuro que acrecienta
el devanado capricho de un reproche;
un beso se desgrana de mi boca
interminable congoja del fruto que perece
sin encontrar la inmensidad de tus labios
anchos, recostados,
en los anaranjados atardeceres
del azulísimo mar;
mis ojos, cual nave a la deriva,
como augurios lentos y valientes
pintan tu mirada oscurecida;
y cuando regreses, ese día,
volverán las aguas a cantar a borbotones
sobre las lanchas, hoy secas,
que tan bien saben decir tu nombre….
Duna
3 Dímelo...:
Qué bueno que aún escriba.
Hola Almudena: Hoy estoy feliz por tu poema “Tu nombre derramado” y por conseguir pertenecer a Twitter,
Un inmenso abrazo.
Me emocioné al leerlo.
Enhorabuena.
Bs.
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